¿Me Porto Bien?
- Escrito por Pastor Ricardo J. Iribarren
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1 Tesalonicenses 4:1. Leemos: “RESTA pues, hermanos, que os roguemos y exhortemos en el Señor Jesús, que de la manera que fuisteis enseñados de nosotros de cómo os conviene andar, y agradar á Dios, así vayáis creciendo.”
Introducción:
En la medida que transcurre el tiempo de nuestra vida aquí, en la tierra, deberíamos sentir la preocupación — siendo que somos partícipes del reino espiritual que creó y diseñó el Señor Jesús — de esforzarnos más por nuestros progresos espirituales. Que los mismos gocen de estabilidad, alejando toda suerte de cosas que pueden acaecernos malestares e inconvenientes, lo que puede hacernos perder la susceptibilidad de la fe.
I) Estudiamos este tema a los efectos de evitar deslizarnos de la gracia de Dios; dándonos cuenta de ello, a veces, casi demasiado tarde. Esos signos se comienzan a experimentar en enfriamiento, falta de deseo de relacionarse con los hermanos (creyentes), distracciones diversas que el mundo ofrece — mediante lo cual el diablo, en su astucia, buscará siempre seducir delicadamente, atrapando incautos en una red sin escape; y asimismo, claro está, mantenerlos «estancados» en su vida relacional en la comunión como Iglesia del Señor Jesucristo — veamos esto, los «adoradores» reemplazan la fe por becerros de Samaria, (reflexionemos en Oseas, cap. 10 que dice: "ES Israel una frondosa viña, haciendo fruto para sí: conforme á la multiplicación de su fruto multiplicó altares, conforme á la bondad de su tierra aumentaron sus estatuas.
Dividióse su corazón. Ahora serán hallados culpables: él quebrantará sus altares, asolará sus estatuas.
Porque dirán ahora: No tenemos rey, porque no temimos á Jehová: ¿y qué haría el rey por nosotros?
Han hablado palabras jurando en vano al hacer alianza: por tanto, el juicio florecerá como ajenjo en los surcos del campo.
Por las becerras de Beth-aven serán atemorizados los moradores de Samaria: porque su pueblo lamentará á causa del becerro, y sus sacerdotes que en él se regocijaban por su gloria, la cual será disipada.
Y aun será él llevado á Asiria en presente al rey Jareb: Ephraim será avergonzado, é Israel será confuso de su consejo.
De Samaria fué cortado su rey como la espuma sobre la superficie de las aguas.
Y los altares de Avén serán destruídos, el pecado de Israel; crecerá sobre sus altares espino y cardo. Y dirán á los montes: Cubridnos; y á los collados: Caed sobre nosotros.
Desde los días de Gabaa has pecado, oh Israel: allí estuvieron: no los tomó la batalla en Gabaa contra los inicuos.
Y los castigaré como deseo: y pueblos se juntarán sobre ellos cuando serán atados en sus dos surcos.
Ephraim es becerra domada, amadora del trillar; mas yo pasaré sobre su lozana cerviz: yo haré llevar yugo á Ephraim; arará Judá, quebrará sus terrones Jacob.
Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; arad para vosotros barbecho: porque es el tiempo de buscar á Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.
Habéis arado impiedad, segasteis iniquidad: comeréis fruto de mentira: porque confiaste en tu camino, en la multitud de tus fuertes.
Por tanto, en tus pueblos se levantará alboroto, y todas tus fortalezas serán destruídas, como destruyó Salmán á Beth-arbel el día de la batalla: la madre fué arrojada sobre los hijos.
Así hará á vosotros Beth-el por la maldad de vuestra maldad: en la mañana será del todo cortado el rey de Israel.") Otro culto, otra fe, un bautismo diferente; a saber, alejamiento de los verdaderos principios en los que fuimos enseñados para agradar a Dios, tropezando en la incredulidad. A estos creyentes «livianos» en la fe, que tienen por curiosidad el irresistible deseo de oír — escuchando de labios de los nefastos falsos predicadores — doctrinas de demonios, los arrastra hacia un estado de ruina emocional y espiritual, volviéndolos inequívocos seguidores de fantasías, ante la realidad de las advertencias citadas.
II) La Escritura nos dice: "… cómo os conviene andar… "
No se trata de cosas de escasa importancia, a nuestra elección de seguidores de Cristo, como se figuraban aquellos tesalonicenses que miraban las cosas de la carne (mundanalidad) como si fueran sin consecuencia para el alma. ¿Para qué haber aprendido lo que es bien, si luego no se practica? Reflexione en Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”.
Si su (de usted) comportamiento es de carácter mundano-carnal, ¡debe ser dejado a un costado, ya! ¿Por qué? Porque muy pronto notará (aunque a veces puede que esto no sea así) que aparecerán hábitos maliciosos en usted, los que indudablemente deberá evitar; hábitos que, de lo contrario, se irán cada vez enquistando más, volviéndose más difíciles de extirpar.
He aquí algunos ejemplos (aunque hay muchos más):
1-Egoísmo - (desprecio total por los derechos de otros). Leemos en Ezequiel 34:18 “¿Os es poco que comáis los buenos pastos, sino que holléis con vuestros pies lo que de vuestros pastos queda; y que bebiendo las aguas sentadas, holléis además con vuestros pies las que quedan?” Y también en Oseas 10:1 “ES Israel una frondosa viña, haciendo fruto para sí: conforme á la multiplicación de su fruto multiplicó altares, conforme á la bondad de su tierra aumentaron sus estatuas.”
2-El peligro de la Falsa Seguridad - ¡Ah!, yo estoy andando bien y no necesito que nadie me enseñe ni me diga lo que tengo que hacer. ¡Eso es falso, y usted está actuando con desprecio e irresponsable! Veamos Lucas 17:26-30 “Y como fué en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del hombre. Comían, bebían, los hombres tomaban mujeres, y las mujeres maridos, hasta el día que entró Noé en el arca; y vino el diluvio, y destruyó á todos. Asimismo también como fué en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; Mas el día que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y destruyó á todos: Como esto será el día en que el Hijo del hombre se manifestará.”
3-Justicia propia - tal ejercicio conduce al cinismo y lo(la) arrastra a la hipocresía. Esta «justicia» lo lleva a usted, en realidad, a «destacarse» en sus propios méritos, de acuerdo a su pretendida superioridad de la alta opinión que tiene usted de sí mismo. Pasó exactamente así con Acab, rey de Israel. En 1 Reyes 20:11, leemos “Y el rey de Israel respondió, y dijo: Decidle, que no se alabe el que se ciñe, como el que ya se desciñe.” Veamos también Lucas 17.9-14 “¿Da gracias al siervo porque hizo lo que le había sido mandado? Pienso que no. Así también vosotros, cuando hubiereis hecho todo lo que os es mandado, decid: Siervos inútiles somos, porque lo que debíamos hacer, hicimos.
Y aconteció que yendo él á Jerusalem, pasaba por medio de Samaria y de Galilea. Y entrando en una aldea, viniéronle al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos, Y alzaron la voz, diciendo: Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros. Y como él los vió, les dijo: Id, mostraos á los sacerdotes. Y aconteció, que yendo ellos, fueron limpios.”
La humildad posee la llave de los tesoros divinos. Así leemos en Santiago 4:6-10 “Mas él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste á los soberbios, y da gracia á los humildes.
Someteos pues á Dios; resistid al diablo, y de vosotros huirá. Allegaos á Dios, y él se allegará á vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros de doblado ánimo, purificad los corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os ensalzará.”
Por el descuido de la misericordia de Dios, usted pierde el precioso fruto de la templanza (Gálatas 5:24); lo cual, inevitablemente, lo conducirá a la opresión demoníaca (Génesis 31:41), a la codicia (Josué 7:21), a la desobediencia (1 Samuel, Capítulo 15), a lo vil (1 Reyes 20:6), a ejercitarse en la maldad (1 Reyes 21:2), a la falta de escrúpulos (2 Reyes 5.20), y también en ser un burlador (Lucas 16:14)
III) "… agradar a Dios… "
No se trata de cosas de poca valía. El progreso espiritual puede llevar tiempo. De hecho, cuando un cristiano logra superar el desgaste de los esfuerzos propios (a veces nos puede llevar al desaliento), el progreso espiritual al principio casi no se notará en él — como pasó con la tormenta que se aproximaba, cuando el profeta Elías le dice a Acab, rey de Israel (1 Reyes 18:41) “Y entonces Elías dijo á Acab: Sube, come y bebe; porque una grande lluvia suena”. Al principio nada. Un poco más tarde, nada aún. Mas, en un momento dado, una pequeña nube comenzó a dejarse ver en el horizonte; la cual cada vez se tornaba más grande, y más grande, y más; hasta que la gran nube comenzó a cubrir y oscurecer el valle, ya que se extendía más cada vez… Y, finalmente, ¡comenzó a llover! Tomemos en cuenta que Elías tizbita le había “ordenado” a Dios que cerrara el cielo para que no lloviera (lea esto en 1 Reyes 17:1), a causa de la maldad de Israel y sus reyes. Cuando Acab se arrepintió de sus maldades (1 Reyes 21:27-29), entonces agradó a Dios… y llovió (1 Reyes 18.44-45).
Apreciemos ahora tres condiciones indispensables; sabiendo, claro está, que hay muchas más:
Sabiduría: Se trata de la sabiduría verdadera — no la sabiduría con la cual somos educados en el mundo, sino con la sabiduría de lo alto, que comienza cuando nacemos de nuevo. La sabiduría del Espíritu Santo (Colosenses1:9).
Entendimiento: este concepto en las Escrituras es más elevado, porque constituye el que es requerido por Dios. Para estar con él, y el que nos permite relacionarnos con él. ¿Qué cómo es esto, preguntará usted? Naturalmente, nuestra tendencia es ser desobedientes en todo, rebeldes, obstinados, practicantes de la ignorancia (idólatras, hedonistas), de la superstición y sus derivaciones, engreídos, “sabelotodo”, profanos, etc. En definitiva, ¡somos los humanos unos bellacos! Este es el entendimiento con el que convivimos. Al creyente, Dios lo capacita e instruye para que sea un verdadero hijo de Dios; que sea diferente, destacado. De ahí aquella amonestación de Moisés en Deuteronomio 4:6 " Guardadlos, pues, y ponedlos por obra: porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia en ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, gente grande es ésta. "
Notemos la importancia de esta amonestación, como hace al buen sentido, cuando un padre israelita instruye a su hijo: " Y Jehová te dé entendimiento y prudencia, y él te dé mandamientos para Israel; y que tú guardes la ley de Jehová tu Dios." 1 Crónicas 22.12.
Padres cristianos, ejerciten lo mismo con sus hijos. Será esto de mucho beneficio para ellos.
Preocupación: por el bienestar de la iglesia, por nuestros hermanos en la fe, por nuestro prójimo, por el Evangelio de Jesucristo.
¡Qué vuestra copa esté rebosando, agradando a Dios! (ver mensaje ¿Tu copa está rebosando?) De esto se desprende que en el creyente habite (more) el temor de Dios: en que constituye y aumenta la experiencia de nuestra relación con Él, y con nuestro prójimo. Vayamos a Job 28:28 " Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y el apartarse del mal la inteligencia. "
Dios te bendiga. Pastor, Ricardo Iribarren
Todas las citas bíblicas fueron tomadas -en forma textual- de la versión RV 1909