¡Corre, Habla a Este Joven!

     Introducción: Las Escrituras del Antiguo Testamento nos llevan de la mano hacia El profeta Zacarías, quien nos adentra en torno a una demostración de acontecimientos muy marcados como profecía. La cuestión es que el Señor muestra semejantes noticias, despertando de esta forma el interés del profeta por esas revelaciones; las cuales, relacionadas a diferentes situaciones,  se caracterizan, de hecho, por estar unidas o entrelazadas, lo que le aporta buen conocimiento sobre esas cuestiones de índole declarativa.

     Hermanos y hermanas; amigos y amigas, a lo ya leído arriba, sea por fe y por gracia lo que consiguientemente podremos estudiar ahora de ello. Ellas son las declaraciones del Señor. Surgen preguntas muy interesantes, las cuales atrapan nuestro interés en cuanto a conocer sus hechos relevantes, tanto en cuestiones de profecía como también en lo que nos parece misterioso.
Para comenzar, este acontecimiento escrito en Zacarías ocurrió  en el 109 A.C, (está fechado este acontecimiento en esa época exacta)… ¡109 años de que sucediera lo que aconteció! Por lo que vemos, hay tres actividades que Dios nos revela - a veces enviando a  los ángeles, y otras veces el creyente recurre a Dios sin ninguna intervención angélica. Leemos, como ayuda,  en la primera exposición, en Zacarías 4.1, que dice: Y VOLVIO el ángel que hablaba conmigo, y despertóme como un hombre que es despertado de su sueño. Junto a este texto debemos considerar los siguientes textos que se hallan en: (1)1 Reyes 19.5 [en donde Elías desea morirse] Y echándose debajo del enebro, quedóse dormido: y he aquí luego un ángel que le tocó, y le dijo: Levántate, come; (2) Daniel 9.18-19 Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestros asolamientos, y la ciudad sobre la cual es llamado tu nombre: porque no derramamos nuestros ruegos ante tu acatamiento confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas miseraciones. Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y haz; no pongas dilación, por amor de ti mismo, Dios mío: porque tu nombre es llamado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.
(1) Actividad del ángel servidor. Puede comunicarse porque habla alentando  y, tocándolo, lo despierta al profeta (Elías) del sueño de descanso (Zacarías 4.1). En el Salmo 91.11 asumen la tarea de custodios guardadores (posiblemente armados), al ser enviados por el Señor Jehová para el beneficio de su pueblo.
(2) La oración del profeta Daniel 9.18, 19. En su invocación parece urgir a Dios a que se apresure sin tardanza a ver de qué se trata una situación muy inquietante (terror de invasión, pavor sin límites, para hacer  frente a desolaciones que se aproximan, y de las cuales el auxilio del Señor es necesario… Aferrarse a él es la única esperanza en los momentos difíciles).
     En el salmo 27, versículo 6 (Y luego ensalzará mi cabeza sobre mis enemigos en derredor de mí: Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo: Cantaré y salmearé á Jehová), se nos recuerda que Dios exalta a sus santos. Es por ello que, al recibir favores inmerecidos, se vuelven a la alabanza, al júbilo, especialmente de reconocimiento como hijos de Dios: Su pueblo. Así los describe el apóstol Pablo en Romanos 4.16  Por tanto es por la fe, para que sea por gracia; para que la promesa sea firme á toda simiente, no solamente al que es de la ley, mas también al que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros. Entonces, encontramos que esta palabra –palabra segura- nos alienta guiándonos en seguridad y confianza hacia el camino que nos esclarece y nos da a conocer que la salvación es por GRACIA. Por lo cual, Israel deberá ese día asumir su responsabilidad de haber negado la gracia salvífica de Juan 3.16 (Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna), y del rechazo en cuanto a la oportunidad de oír la Palabra de Dios… No la de Moisés, que la escuchan en las sinagogas. ¿Qué dice el apóstol Pablo a esto? Leemos la Palabra de Dios... Porque no los oidores de la ley son justos para con Dios, mas los hacedores de la ley serán justificados  (Romanos 2.13).
     Ya el Dios de Israel mira hacia el tiempo cercano, porque algunas profecías que él anunció por boca de sus siervos, los profetas, se han cumplido. Por ejemplo, que Israel volvería a la tierra de su heredad: que vendría su Renuevo; y él traería (él mismo sería) la salvación, ofreciendo la vida eterna. Ante este horizonte, los judíos se convertirán de todo su corazón. La adoración ya no lo será exteriormente, hecho en ceremonias  y obligándose en guardar solemnes fiestas (Gálatas 4.10 Guardáis los días, y los meses, y los tiempos, y los años. Temo [Pablo] de vosotros, que no haya trabajado en vano en vosotros) y cosas  que satisfacen la carne, pero que no les servirán para su espíritu (Romanos 3.20 Porque por las obras de la ley ninguna carne se justificará delante de él; porque por la ley es el conocimiento del pecado). No hay remedio, no es efectivo; sino solamente como dice Romanos 10.8-11. Leemos: Mas ¿qué dice? Cercana está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe, la cual predicamos: Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace confesión para salud. Porque la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.

Continuará…

Mensaje elaborado y escrito por el pastor Ricardo Iribarren

(Biblia consultada: Reina Valera 1909  - Versículos en forma textual)

(Revisión literaria y diseño gráfico mensaje: Miguel Ángel Vreska: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.)

Fecha: 16.05.2025

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